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Francisco Canes exige el endurecimiento de las condenas a kamikazes para que vayan en consonancia con el daño causado.

 

Las condenas a kamikazes deberían ser más duras

Ayer, nuestro presidente Francisco Canes volvía a denunciar la insuficiente respuesta de la Justicia frente a la actuación de kamikazes, y lo hacía en directo en el programa de radio La Linterna de COPE, exigiendo un endurecimiento de las condenas a kamikazes. 

 

 

 

“Las penas por homicidio doloso pueden llegar a un máximo de 15 años, en el caso de que se cumplieran todos esos años. Que el homicidio sea doloso, a diferencia del homicidio imprudente, implica que se estima que hubo intencionalidad de causar daño, y en el caso del asesinato de Víctor nadie duda que lo hubo.”

Se pregunta la familia de Víctor con toda la coherencia y razón “¿Cómo puede ser que la pena máxima por conducción temeraria “con manifesto desprecio a la vida de los demás” se pague con máximo 5 años y el homicidio doloso (es decir, intencionado) no pase de los 15 años? ¿Cómo vamos a aceptar que los años que les caen a los culpables nunca se van a cumplir íntegramente?

“Es muy barato matar. El dolor de las familias es inmenso, es inacabable e infinito añadía Francisco Canes, presidente de Asociación DIA y Fundtrafic

 

Firma la petición

Sabemos que la familia de Víctor, el joven de 20 años que se encontró de frente con el kamikaze y que falleció en dicho siniestro el pasado domingo 15 de septiembre, está recogiendo firmas para el endurecimiento de las penas. En el momento de la publicación de este artículo son ya 60.000 personas las que han firmado para reclamar penas más duras en solidaridad con la familia, pero la cifra no deja de crecer. 

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El pasado 15 de septiembre mi sobrino, Víctor López Casado, se dirigía a su trabajo. Eran las 6,30h de la mañana, se cruzó con un homicida borracho circulando en dirección contraria en el kilómetro 25 de la M-50 y nunca llegó a su trabajo. Por culpa de aquel kamikaze Víctor murió con tan solo 20 años. 

Lo que mató a mi sobrino no fue un accidente de tráfico, fue un asesinato, con todas las letras. Porque el conductor culpable se dio la vuelta voluntariamente para circular en dirección contraria y tras esa decisión que tomó conscientemente, lo mató. 

La seguridad vial debe de ser una política prioritaria de Estado, porque a la desolación de la muerte súbita de un ser querido en circunstancias que se podían haber evitado, se une la injusticia con la que estos delitos son juzgados a día de hoy.

¿Cómo puede ser que la pena máxima por conducción temeraria “con manifesto desprecio a la vida de los demás” se pague con máximo 5 años y el homicidio doloso (es decir, intencionado) no pase de los 15 años? ¿Cómo vamos a aceptar que los años que les caen a los culpables nunca se van a cumplir íntegramente?

Por Víctor y por el resto de víctimas, no vamos a quedarnos de brazos cruzados. Pedimos que se endurezca el Código Penal. Que se modifiquen los artículos referentes a homicidios al volante y contra la seguridad vial. Matar a una persona por una irresponsabilidad tan VOLUNTARIA como la del kamikaze que mató a mi sobrino no puede salir tan barato.

Por favor, necesito vuestra firma para que a nadie más vuelva a ocurrirle esta desgracia y para que ninguna familia más quede tan destrozada como acaba de quedarse la nuestra. En algún momento, todos (todos) podemos ser víctimas: ciclistas, motoristas, conductores o peatones… Ninguno estamos a salvo. 

Por favor, firma y difunde para que ninguna muerte en la carretera resulte impune. Por Víctor y por todos los demás.

 

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#JusticiaParaVictor

 

 

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