Antes de comenzar a explicar de qué se trata la indemnización por daños psicológicos posteriores a un accidente de tráfico y cómo reclamarla, es necesario aclarar que no es un procedimiento sencillo.
El hecho de que resulte tan difícil probar el alcance del daño cuando este es tan intangible como para existir en el universo psicológico de la víctima, empodera a las aseguradoras a tornarse reticentes a llevar a cabo la indemnización.
No obstante, esta se encuentra contemplada y la víctima cuenta con el derecho de reclamarla.
¿Qué son los daños psicológicos producidos como parte de las secuelas de un siniestro de tráfico?
De acuerdo a las estadísticas, una de cada tres personas que ha sufrido daños físicos en un accidente de tráfico, también queda con secuelas psicológicas.
En lo referente a la indemnización por dichas secuelas, es necesario que estas requieran de atención psicológica profesional para que la ley obligue a las aseguradoras a pagar la indemnización, ya que esta se basa en cubrir los gastos de atención profesional que la víctima requiera en este respecto.
Las secuelas psicológicas más frecuentes en las víctimas de siniestros viales son las siguientes:
Miedo de circular en la vía pública
Si la persona circulaba por la vía pública en calidad de peatón cuando resultó atropellada por un vehículo, es muy común que desarrolle un profundo miedo de volver a salir a la calle sin compañía de otra persona. Dicho miedo se basa en que teme volver a sufrir el mismo siniestro al cruzar la calle, sin importar que esta se encuentre claramente señalizada por semáforos o por ser un cruce de peatones. El miedo se intensifica si es que necesita volver a pasar por el lugar en el que sufrió el accidente.
Miedo de volver a conducir
Este miedo se manifiesta tanto en quienes se encontraban conduciendo el vehículo al momento del siniestro, como en sus acompañantes. La sensación que la víctima experimenta es la de no volver a poder tomar el control del vehículo. Si este miedo no es tratado, la víctima puede llegar a desarrollar amaxofobia, es decir, miedo a conducir.
¿Cómo se manifiestan las secuelas psicológicas que surgen como consecuencia de un siniestro vial?
- Dificultades para conciliar el sueño
- Ansiedad
- Depresión
- Angustia
- Estrés
- Negarse a hablar del accidente
- Sensación de encontrarse desprotegido
¿Qué efectos tiene la terapia psicológica?
En casos de amaxofobia, o incluso en etapas previas a esta condición extrema, así como también en aquellos en los que la persona no quiere volver a circular por la vía pública en calidad de peatón, los efectos de la terapia psicológica son vitales para que la víctima recupere su vida previa al accidente. Los efectos que esta arroja son:
- Tomar consciencia de la situación vivida
- Pérdida de miedo de cruzar la calle
- Pérdida de miedo de volver a salir a la calle sin compañía
- Pérdida de miedo de conducir
- Evitar que la persona se aísle
Uno de los cometidos más significativos de la terapia psicológica es la de evitar el estrés postraumático.
¿Qué es el estrés postraumático?
Después de vivir un evento traumático, algunas personas no logran sobreponerse y desarrollan una respuesta de defensa o de huida. Las consecuencias del estrés postraumático se hacen ver y sentir a nivel físico, ya que pueden llegar a extremos tales como:
- Agitación en la respiración
- Aumento de la tensión arterial
- Aumento de la frecuencia cardíaca
Lamentablemente, desde el año 2016, el estrés postraumático ha sido eliminado por el baremo como una secuela que las aseguradoras deben indemnizar. Actualmente, los factores que se toman en cuenta están directamente relacionados a los daños físicos cerebrales. Es decir, no contempla al estrés postraumático en sí, sino que busca los daños cerebrales que podrían haberlo desencadenado.
¿Cómo se reclama la indemnización por daños psicológicos por siniestro de tráfico?
Debido a que la primera respuesta de la aseguradora será la negativa a pagar la indemnización por daños psicológicos, lo cual se encuentra apoyado por las últimas resoluciones del baremo, no debe sorprenderte que esto suceda.
Sin embargo, nuestra recomendación es que no aceptes dicha respuesta y que recabes todas las pruebas médicas de las que dispongas y contactes a un abogado especialista en llevar adelante reclamaciones por esta clase de indemnizaciones, ya que, aunque son difíciles de conseguir, son posibles y la ley las respalda.
La clave son las pruebas médicas que den constancia del daño físico que detonó las secuelas psicológicas.
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