Asociación DIA prepara los dos primeros manuales del Programa ‘Alguien muy especial ha tenido un accidente’, orientado a ayudar en el proceso de pérdida o adaptación a niños y niñas que hayan sufrido un accidente en su entorno.
Alguien muy especial ha tenido un accidente ¿qué hacemos?
Los accidentes de tráfico tienen consecuencias sobre la vida de las personas que muy a menudo trascienden lo visible. Un accidente trastoca la normalidad desde los cimientos y, en función de su gravedad, de la exposición de la persona al mismo, de los recursos y herramientas de que disponga en el proceso inmediatamente posterior al acontecimiento, etc. la persona tendrá mayores o menores posibilidades de recuperarse adecuadamente.
Un accidente puede conllevar cambios a nivel físico, social, psicológico, económico, laboral, emocional, personal, etc. Que la persona disponga o no de herramientas para afrontar la situación es crucial para su recuperación.
Desde nuestra asociación prestamos apoyo y atención especializada desde 2003 a las víctimas directas e indirectas de los accidentes (familiares, entorno, etc.). En este tiempo hemos podido detectar la especial necesidad de atención especializada por parte de los más pequeños: los niños/as y adolescentes son un colectivo especialmente vulnerable que requiere atención profesional, especializada y adaptada a sus necesidades. Es importante que las personas adultas que acompañamos, vivimos o atendemos a estos niños y niñas sepamos adecuar los mensajes en cada fase: desde la comunicación de la noticia, el funeral -si lo hubiera-, hasta el proceso de duelo, de acompañamiento, etc.
Por eso, en los últimos años venimos trabajando con menores víctimas directas o indirectas de accidentes a través del programa “Alguien muy especial ha tenido un accidente”, cofinanciado por la Dirección General de Tráfico (DGT) y Ponle Freno.
Fomentar la resiliencia de los menores tras un accidente
Los principales destinatarios de este programa son niños/as y adolescentes que hayan sido víctimas directas de un accidente, o víctimas indirectas (por ejemplo, que un ser querido haya sufrido un accidente y por ello haya fallecido o haya quedado con secuelas graves).
El objetivo pretendido con nuestro proyecto “Alguien muy especial ha tenido un accidente”, es fomentar la resiliencia entre los niños/as y adolescentes víctimas directas o indirectas de un accidente de tráfico, es decir la capacidad de tener éxito y recursos sociales ante la situación de alto estrés que supone un siniestro de tráfico. Para la consecución de este objetivo, trabajamos los siguientes objetivos específicos:
- Intervención psicosocial con niños/as y adolescentes víctimas directas de un accidente mediante terapias psicológicas individuales y / o grupales.
- Intervención psicosocial con niños/as y adolescentes víctimas indirectas de un accidente mediante terapias psicológicas individuales y / o grupales.
- Apoyo a los adultos del entorno para que puedan acompañar de una manera más adecuada a los menores mediante la puesta a su disposición de las pautas necesarias.
- Apoyo a los profesionales del ámbito hospitalario en la especialización del tratamiento de estas situaciones.

Manuales 1 y 2 de “Alguien muy especial ha tenido un accidente”
Los manuales están orientados al trabajo conjunto de los menores con alguna persona adulta que guíe las actividades y dinámicas diseñadas para que los niños/as trabajen la gestión de emociones.
“La sintomatología psicológica de un/a menor ante estas circunstancias puede ser muy variada y manifestarse como expresión de malestar emocional en forma de ansiedad y depresión, tensión física y psicológica, episodios de reexperimentación del acontecimiento traumático, evitación de situaciones vinculadas o no al momento del accidente, aislamiento social, apatía, en el caso de adolescentes abuso de sustancias, etc.” Departamento de Psicología de Asociación DIA
En el marco de este proyecto, Asociación DIA ha contactado con numerosos hospitales, como el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, el Hospital 12 de Octubre, o La Paz, para facilitar la labor de coordinación entre los departamentos de trabajo social, de cara a detectar la necesidad de atención por parte de menores en situación de vulnerabilidad debido a un accidente.
La atención psicológica después de un accidente está cubierta por el seguro para las personas perjudicadas (más info.):
- Sin límite establecido para la víctima directa
- Hasta 6 meses para la familia de grandes lesionados o fallecidos.
Pautas para las personas adultas: niños/as de 0 a 5 años
Los manuales que estamos preparando cuentan con una primera parte dirigida a los padres/madres/tutores/cuidadores que están al cargo de niños/as o adolescentes víctimas directas o indirectas de accidentes; y con una segunda parte de ejercicios y actividades para que desarrollen los propios niños y niñas. A continuación compartimos algunas de las pautas generales, que deben ser supervisadas en su caso por profesionales de psicología o trabajo social:
- Adaptar el mensaje a su edad: contarle lo sucedido desde un lenguaje adaptado a su edad, así como a estimularle para que se familiarice con dicha situación. Si la mama está en silla de ruedas, explicarle para que sirve, lo importante que es para su mama, que es como tener un coche propio donde puede ir a todos los sitios con él, que la toque y la use -si quiere y puede-, etc.
- Asegurar su entorno: las necesidades básicas, así como las rutinas, deben permanecer los más estables posible.
- Evitar el uso de frases tipo: “mamá está en el cielo”, “el abuelo se durmió y no se ha despertado”. Pueden generar confusión y miedo. Pueden llevar a tener miedo a dormirse por miedo a no despertar.
- Normalizar la situación: cuando una persona especial -de referencia- para el menor sufre un accidente y sufre una alteración psicofísica sustancial (de sus miembros, una reducción en su movilidad o cualquier otra circunstancia que merme sus capacidades) es importante hacer una adaptación a la nueva situación que la normalice, y en la que se introduzca al menor con total naturalidad.
- No ocultar las emociones: a menudo, para querer proteger al niño/a se tiende a esconder las emociones de tristeza, rabia o enfado. Los niños y niñas de cero a 2 años van teniendo ya la capacidad para identificar emociones básicas. Es bueno que el niño o niña sepa por qué la persona adulta está triste para poder relacionar la situación con una emoción. Le podemos dar mensajes sencillos y claros adecuados a su edad (por ejemplo, papa está triste porque mama ha muerto).
- Saber pedir ayuda: la situación puede parecer desbordante en un primer momento y es normal necesitar ayuda. Esta puede encontrarse en familiares o amigos/as; pero también en profesionales (psicólogos, trabajadores sociales, abogados, terapeutas, etc.), y en su caso en organismos públicos.
Manuales de ayuda
Aunque es difícil realizar una división ‘natural’ entre los grupos de menores, de cara a tratar su particular situación, desde la asociación hemos diseñado manuales para los siguientes tramos de edad:
- De 0 a 2 años:
- De 3 a 5 años
- De 6 a 9 años
- De 10 a 13 años
- Para adolescentes
Coincidiendo con nuestro 15º Aniversario, queremos dar difusión al programa ‘Alguien muy especial ha tenido un accidentes” y la existencia de estos manuales de ayuda.
Consulta nuestra sección de Herramientas (para víctimas, profesionales, abogados/as y empresas)
Podemos ayudarte
Si crees que podemos ayudar a algún niño/a o adolescente que esté atravesando una situación complicada después de haber sufrido un accidente en primera persona o tras haber sufrido un accidente un ser querido (habiendo esta persona sufrido lesiones o habiendo fallecido) no dudes en contactarnos en el teléfono gratuito 900 90 77 11